Zaragoza, 15 de noviembre de 2013 C. C. Dávila
Se ríe.
Te mira y se ríe,
la miras y se vuelve a reír.
Se ríe,
se tumba sobre la cama
y se ríe;
pone música y baila,
saltando por la habitación
mientras ríe.
Inventa un recuerdo
y se ríe,
camina por la calle
y estalla en carcajadas.
Lee y se ríe,
ve una serie y se ríe;
se ríe a desfase
y la gente se vuelve
a mirarla con desdén.
Pero se ríe.
Y no sabes por qué
se ríe
porque ni ella sabe
por qué.
La risa es la respuesta a todas sus carencias:
en la risa se abandona, se libera,
se desnuda, se entrega, se desintoxica.
Y si es, es allí
donde deja la mente en blanco:
recostada en la superficie esponjosa
que queda más allá de su risa.