miércoles, 21 de septiembre de 2011

Bosquejos

El cielo estaba rojo de tormenta, sonaban ya truenos y la lluvia empezaba a caer.
Golpeaba.
Golpeaba contra el pasado, contra la vida, contra los sueños.
Enfriaba.
Enfriaba el dolor en la sien y los pensamientos enmarañados.

Se sentó en la acera de la desesperanza porque estaba desesperado. El bordillo estaba gastado, sucio, desvaído, gris y mortecino.
Como su rostro. Como su mirada, como su fe.
Le recorrió un escalofrío húmedo.
Por el filo de la calzada discurría una corriente débil de lluvia. Olía a mojado.
Se acercó una sombra.

- ¡Eh, amigo! ¿Tiene fuego?-
- No, ya es imposible que prenda una llama-
- Me refería a un mechero, una cerilla... -
- También yo, sólo que para llevar el mío necesitaría algo más que un bolsillo -

domingo, 4 de septiembre de 2011

Para Gala, para que lo lea, lo viva, lo mastique y lo haga suyo... no sé

4 de septiembre de 2011   
C. C. Dávila, Gaviota.


Latente,
en mitad de las cenizas, un parpadeo;
latente,
como el trozo de luz que se quedó engarzado,
en los pliegues de tu sonrisa;
latente, 
como un cacho arrancado del alma,
entre la calderilla olvidada del bolsillo;
latente,
como una espina clavada en las entrañas,
en un vacío que no se llena con nada.

El niño se acostó poeta y lo levantaron soldado,
y los versos perdidos de su infancia,
se le enquistaron entre la piel,
agarrotada de frío, de miedo y de rabia.

Latente,
como ese escalofrío que recorre su cuerpo,
que le enfría su alma de niño;
latente,
como el metal que le sabe en la boca,
en un aire podrido de pólvora.

El hombre quiso volver a ser niño,
pero no pudo.
Y rompió su fusil entre las rocas;
y corrió, desnudo y abandonado del mundo,
a intentar sacarse del alma,
los versos robados de su infancia.

Y ya no le importó mas nada;
aún lo notaba... latente.


En fin Gala, espero que te guste; la verdad es que no es exactamente lo que tenía pensado, pero me ha salido así, y ahora le he cogido cariño. Deseo que también tú lo disfrutes, que te haga sentir.
Es tuyo, te lo regalo.
Y sigue escribiendo, aunque a veces te sientas un poco seca de palabras. Siempre vuelven, nos hacen falta para vivir, para ser mejores.

Un abrazo muy fuerte, y gracias, de veras.

¡Animaos a escribir algún poema!

sábado, 3 de septiembre de 2011

Para los que fueron niños, y nunca dejarán de serlo

8 de agosto de 2011, en el avión de Boston a Frankfurt
C. C. Dávila: Gaviota


La lluvia sigue cayendo,
y en la ventana,
las gotas dibujan siluetas:
pájaros, elefantes y osos;
pero no osos verdaderos,
sino inventados,
como la osa mayor,
que nadie puede pensar que sea osa,
no llega ni a dinosauro;
si se lo propone,
uno de esos de cuello largo,
como Piecito,
(que sigue buscando el valle encantado),
yo antes sabía el nombre técnico;
lo olvidé,
se me habrá llenado de matrices,
o una cosa así, inútil.

Dibujos infantiles, a rotulador,
por medio de la hoja;
hace tiempo que no dibujo,
así, sin sentido, sin porqué.
Cualquier día se me olvidará ser niño
y entonces, creceré,
y nadie lo notará;
no figurará en ningún papel,
nadie me mirará el carnet de identidad;
será cuando deje de salir corriendo ,
cada vez que veo un columpio,
o un tiovivo, en el parque
Los tiovivos son para mayores,
aunque la gente no lo crea;
Mary Poppins y Bert no se sentían mayores;
aunque claro, como dice mi hermano,
si los caballos no se sueltan,
y persiguen al zorro en mitad del recorrido,
pues no es lo mismo, no.
El zorro no tenía la culpa, que también;
y luego salían pingüinos,
nunca lo entendí, la verdad,
no hacía falta entenderlo ¿no?;
es como lo de entrar en el paisaje,
el que estaba pintado con tiza;
eso es de lo más normal, la verdad,
como la puerta que hicimos,
estando todavía en 2º de BACH A

Algún día creceré,
cuando se me olvide ser niño;
el día aún no ha llegado,
entre tú y yo,
creo que vivo más rápido que él.
Con un poco de suerte,
acabo de vivir también antes de que llegue.
Si es así, (un poné),
creo que voy a pedir un permiso,
un permiso especial en el más allá
(espero que no haya que rellenar muchos formularios)
y si me lo conceden,
pues espero agazapada tras la puerta,
y cuando pase mi Yo mayor,
aparezco, le saco la lengua y digo:
¡Aaah! ¡Te chinchaaas!

Sí, eso será lo mejor
Iré escribiendo una carta de solicitud.

miércoles, 13 de julio de 2011

Para los inconformistas, los que todavía creen, y viven, y sueñan... los que se miran al espejo y se gritan ¡No quiero!

En esta ocasión quisiera compartir con vosotros un poema que no es mío, sino de Ángela Figuera, y que conocí por gentileza de Enrique.
Para unos será más conocido que para otros, pero creo que todos podemos sentirnos muy identificados, y elevar, sin miedo, el grito de ¡No quiero!


No quiero

Ángela Figuera Aymerich (Bilbao, 30 de octubre de 1902  Madrid, 2 de abril de 1984)

No quiero
que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.
No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.
No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.
No quiero
que el labriego trabaje sin agua,
que el marino navegue sin brújula,
que en la fábrica no haya azucenas,
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.
No quiero
que las madres no tengan perfumes,
que las mozas no tengan amores,
que los padres no tengan tabaco,
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.
No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas,
que en los trajes se pongan señales.
No quiero
que mi hijo desfile,
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro,
que jamás se disparen fusiles,
que jamás se fabriquen fusiles.
No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos,
que decreten lo que es poesía.
No quiero amar en secreto,
llorar en secreto,
cantar en secreto.
No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO…

Un abrazo para todos.

miércoles, 6 de julio de 2011

Para Negri... Contradicción/contrasentido/contramano

... verás a mí me toca profundamente "la contradicción", el contrasentido, a contramano... en Buenos Aires está todo a contramano me dijo una vez un amigo mientras paseábamos por la calle Corrientes, ¿viste? a mí me pareció todo un poema.
Te lo pareció porque lo era, y de los grandes. A tu amigo debe dolerle mucho Buenos Aires, y lo entiendo, a mí también me duele mucho mi España, y mi Málaga.
Tus palabras me han sugerido muchas cosas, espero haber sido capaz de plasmar algunas en mis versos.
Espero que te guste, que te sirva.
Espero que ya nunca más digas que eres una poeta sin poesía: es tuyo, te lo regalo.
Un abrazo fuerte y gracias de nuevo.


Málaga, 6 de julio de 2011,  Gaviota.

Se contradicen.
Los que dicen que no pueden, y no quieren.
Los que tiran la toalla y no se arriesgan.
Los que permiten que otros decidan por ellos.

Se contradicen.
Los que intentan querer siempre a medias.
Los que tienen miedo de vivir, por si duele.
Los que para no llorar, no se dan cuenta de que no sienten.

Se contradicen.
Los que predican la libertad y no la respetan.
Los que critican el racismo y olvidan al hermano.
Los que toman de Dios sólo lo que les interesa.

Se contradicen.
Los que piden la justicia y son injustos.
Los que esperan que todos seamos iguales, estando por encima de los demás.
Lo que defienden que gobiernan para el pueblo, gobernando para sí mismos.

Se contradicen.
Y encima esperan que no nos demos cuenta.


No creo que ninguno de los lectores de este blog seáis de esas personas que se contradicen, aunque a veces todos lo hagamos, aunque sea un poco.
Ahora animaos y escribid versos para Negri, para todos. 
Pensad en las contradicciones de la vida y dejad que las palabras fluyan.

Gracias de nuevo, a todos, por todo.
Abrazo.

lunes, 4 de julio de 2011

Que empiece la cadena

Hola a todos, este blog/bloc es un pequeño proyecto que pongo en marcha y que espero que pueda servir para ayudar a la gente y hacer nuestra vida un poco más feliz.
A mí la poesía me consuela mucho, en muchas situaciones y aspectos de mi vida. Y me gustaría compartir esa experiencia con todos vosotros, para eso he creado este espacio.
Lo principal es que leáis la pestaña de la columna de la izquierda, donde se explica (más o menos con claridad, espero) cómo funciona el blog.
Cuando lo leáis, ya podéis decidir si os gustaría tener un poema o más de uno, para guardarlo, para tenerlo, para poder releerlo en los momentos difíciles, o en los más felices.
Si es así, poned un comentario explicando el porqué y yo abriré en seguida una entrada para que todo el que quiera, incluida yo, pueda escribiros y haceros ese regalo.
Espero que os animéis y corráis la voz.
Un abrazo.